Las personas
experimentamos el mundo como una sucesión de escenas, acciones cortas y
secuenciaciones lógicas. Un bebé hambriento reacciona con alegria e impaciencia
ante el ruido de cacharros en la cocina. Su representación podría ser cocinar –
mesa – plato – comida de mamá. Por eso las rutinas y los rituales familiares
son decisivos en los comienzos del desarrollo infantil. Supone una especie de ritmo social en el que el niño se
siente seguro al “anticipar” qué va a ocurrir. Podríamos incluso llamarlo un guión
social del día a día que se mantiene en los primeros años y que sirve de modelo
para lo que va a ocurrir en determinadas situaciones. Poco a poco aceptan
variaciones al ir el cerebro desarrollando flexibilidad.
La función
ejecutiva es un proceso mental implicado en el control consciente del
pensamiento, de la acción y de las emociones, además de permitir adoptar una
estrategoa flexible ante tareas nuevas o cambiantes. Los niños gradualmente son
capaces de pensar de una forma más flexible y de controlar sus comportamientos,
al mismo tiempo que desarrollan la comprensión de la mente.
Hay cuatro
componentes en funciones ejecutivas: memoria de trabajo, control inhibitorio, flexibilidad
y planificación.
Hoy vamos a ver
algunas estrategias para trabajar la planificación, centrándonos en el uso de
las secuencias temporales.
Planificación: Se desarrolla en los primeros años de vida. Incrementa
de forma progresiva la capacidad de organizarse y planificar con visión de
futuro. Este proceso mental implica la habilidad para dirigir y evaluar el
comportamiento.
entonces

Aliados: agendas
de actividades, descomposición en pasos de actividades, anticipaciones, juegos
de construcción, secuencias temporales...
Cómo usar las secuencias temporales:
Primero
trabajaremos con secuencias muy breves (de tres tarjetas) y actividades muy
sencillas, mejor de la vida cotidiana. Poco a poco iremos complicando las
actividades que se presentan, con pequeñas historias, e iremos también subiendo
el número de tarjetas.
Como base
tendremos una plantilla con cuadros numerados: cuadro 1, cuadro 2, cuadro 3,
cuando usemos una secuencia temporal de tres tarjetas. O podemos usar primero,
luego, después. Cuando el niño domine esta actividad, la plantilla ya no será
necesaria, como podemos ver en este vídeo de trabajo con Erik.
Paso 1: lo
primero que hacemos es presentar las tarjetas una a una, describimos qué ocurre
y ordenamos. Una vez que hemos dado este modelo de trabajo, dificultamos con:
Paso 2: PREGUNTAS.
presentamos las tarjetas una a una. Con preguntas dirigidas, nos aseguramos de que
el niño comprende qué ocurre en cada tarjeta.
Por ejemplo, en
la serie “lavarse los dientes”: ¿quién está en la tarjeta ?, ¿quién se lava los
dientes? ¿dónde está?, ¿está en la cocina o está en el baño?, ¿quién ha cogido
el cepillo?, ¿qué tiene el niño en la mano?, ¿qué hace con el cepillo de
dientes?, etc.
Cada frase o
palabra que diga el niño, la refuerzas repitiéndola. Intenta variar las frases
para que el niño no las aprenda de forma mecánica.
Paso 3: ORDENA. El
niño ordena la secuencia temporal sobre la plantilla.
Paso 4: CUÉNTAME
QUÉ PASA. El niño nos narra la historia que ocurre en la secuencia temporal.
Si no puede al
principio de forma espontánea, se le va guiando con preguntas .
Más adelante podemos complicar estas actividades, como ya publicamos en esta entrada del blog: secuencias temporales con preguntas dirigidas, aquí un ejemplo:
O incluso descubrir intrusos en secuencias temporales:
(entrada completa, AQUÍ)
En próximas entradas compartiremos materiales para trabajar “qué pasa después”:
Otras entradas en las que hemos tratado funciones ejecutivas y planificación AQUÍ.
3 comments:
Muchas gracias , muy útil está página
El artículo que has compartido aquí muy impresionante.
Sushi Cat 2
Muy buena idea para trabajar en niños con cualquier tipo de autismo. Excelente aportación
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