ENTREVISTA CON PEDRO SÁNCHEZ, TERAPEUTA OCUPACIONAL Y ARTIFICE DE RED SENSORIAL
Alrededor del 90% de los niños y niñas con autismo tienen
desórdenes con la alimentación: “mi hijo no acepta sólidos”, “el mío solo
quiere galletas”, “mi peque no come nada marrón”, “si se juntan las comidas en
el plato ya no quiere comer… Es decir, hay una hiperselectividad e
hipersensibilidad: por texturas, por colores, por sabores, que no se
mezclen, incluso por marcas, por olores (pescado/queso). En muchos casos
también se juntas las dificultades para tragar y para masticar.
Un tema que afecta a la salud y a la calidad de vida de
los peques y de sus familias. Pero que además en muchos casos persiste en la
adolescencia y la adultez. En este vídeo charlamos con el Lic. Pedro Sánchez, terapeuta
ocupacional y promotor de RED SENSORIAL (buscadlo en Facebook: https://www.facebook.com/RedSensorial), quien
nos da una serie de estrategias imprescindibles desde el abordaje sensoriomotriz:
regulación sensorial, esquema corporal, propiocepción y planificación
(funciones ejecutivas), además de reductores de la ansiedad.
No os perdáis este vídeo de casi una hora de duración:
Identificar los alimentos que rechaza y su causa, conocer
el perfil sensorial, contar con pruebas médicas sobre posibles intolerancias,
así como un plan de acción motivador y sistemático, que a la par favorezca la
autonomía, serán decisivos. Recuerda no convertir el momento de comer en algo
tenso, ten paciencia, crea rutinas constantes en los comienzos, ni engañes ni
fuerces a comer, motiva con actividades gratificantes y haz uso de apoyo visual
si es necesario para que tenga claro qué va a ocurrir.
Vamos a saber un poco más de los desórdenes de
alimentación:
REFERENCIA DE UNA ALIMENTACIÓN ADECUADA EN LA INFANCIA
Además del ejercicio físico, beber mucha agua y la alimentación saludable beneficiarán el desarrollo de nuestros hijos.
DESARROLLO DE LA NORMOALIMENTACIÓN:
Será imortante conocer los hists de la normoalimentación como marco referencial.
CAUSAS VARIADAS DE LOS DESÓRDENES DE ALIMENTACIÓN EN EL AUTISMO
Fuente: M. Rosa Ventoso. Centro Leo Kanner. Asociación de Padres de Personas con
Autismo (APNA). Publicado en A. Rivière y J. Martos (Comp.). El niño pequeño
con autismo.
No hay una causa clara de las alteraciones en el
desarrollo del área alimentaria del niño con autismo. Pueden ser médicas,
sensoriales, por inflexibilidad, ansiedad o alteraciones sociales. Clásicamente
se ha aceptado que su aparición está relacionada con la falta de flexibilidad y
la insistencia en la invariabilidad, pero habría que tener en cuenta la
conjunción de distintas características psicológicas propias de los niños
pequeños con autismo.
Se incide mucho
en las alteraciones sensoriales especialmente marcadas y graves en los primeros
años del desarrollo (Williams, 1996). Los umbrales sensoriales pueden verse
alterados por oscilaciones de hipersensibilidad o hiposensibilidad y en algunas
ocasiones, incluso, por cambios de modalidad sensorial. También es probable que
algunos niños con autismo presenten hiperselectividad gustativa y posibles
alteraciones sensoriales de modalidad olfativa, gustativa o táctil, que
ocasionan selectividad hacia determinados tipos de alimentos, bien sea por su
sabor, su olor o su tacto.
Por otra parte,
cambiar de sabores, olores, sensaciones táctiles o, simplemente, de condiciones
estimulares visuales del plato, puede constituir un reto para el sistema
cognitivo de las personas de corta edad con autismo. Por ejemplo, la dificultad
para anticipar hace que tiendan a repetir las acciones, lugares o situaciones
pasadas a fin de sentirse más seguros. La inflexibilidad puede tener como
consecuencia el rechazo absoluto a cualquier novedad alimenticia. Los padres y
educadores no suelen comprender el porqué de este rechazo y, con frecuencia, la
única alternativa válida que encuentran es forzar al niño a comer, con lo cual
se asocia (condicionamiento clásico) la ingesta de comidas nuevas, o todo el
complejo estimular que compone la situación de comidas, a estados emocionales
negativos y que el niño rechaza. Los responsables de la crianza, por su parte,
comienzan de forma lenta pero continua a presentar muestras de aumento de niveles
de ansiedad. Es necesario entonces “romper” el condicionamiento de forma suave,
pero firme y progresiva.
ASPECTOS GENERALES DE LA INTERVENCIÓN
Individualizada
y priorizando objetivos, teniendo en cuenta que será un proceso largo.
Será importante contar con estudios médicos (por posibles alergias, intolerancias o problemas gastrointestinales).
También identificar
los alimentos que el niño rechaza -cuándo, cómo, dónde, con quién, ¿por qué?-, así
como los hábitos y rutinas diarias.
Conocer su nivel
de autonomía: qué utensilios maneja, si come con las manos, tiempo que puede
estar sentado…
Tener información
del perfil sensorial. Por ejemplo: Fuente
de los sensorial: Carmen Huete Lorente II JORNADAS MULTIDISCIPLINARES EN TEA
Terapeuta ocupacional Attem.
·
Hipersensible:
Transiciones difíciles. Dificultad con ciertas consistencias, sobre todo las
mixtas. Normalmente patrones oromotores normales (masticación, lateralización
lengua…). Reflejo de vómito muy fuerte. Estimulación zona oral muy
desagradable: evitación. Higiene
oro-facial imposible. Escupe o mantiene alimento en la boca para evitar tragar.
Detecta el mínimo cambio en textura. Reacciones exageradas a ciertas
situaciones: acercar utensilio a boca. Sensible a variaciones de temperatura. Náuseas
al ver, tocar u oler alimentos
·
Hiposensible:
Acumulación de alimentos en la boca, sin que el niño se dé cuenta. Bocados
grandes. Busca sabores fuertes (limón, picante,). Refrescos gaseosos. Temperatura
comida muy fría o muy caliente. Presencia de abundante babeo
Los tiempos de comida deben ser momentos agradables sin ansiedad ni nervios.
El adulto mantendrá una
actitud tranquila y segura. La hora de comer, sólo se come; no se juega ni se
ve la televisión (se puede permitir al niño mantener un pequeño juguete en la
mano). Nunca se va a entrar a “luchar” con el niño ni a forzarle más de lo “imprescindible.
·
Entorno
controlado, sin demasiada sobrecarga.
·
Abordar
al principio en solo una comida del día
·
Poner
poca cantidad de comida, la que sea el objetivo a comer.
·
Asegurar temperatura, presentación… que sea
agradable para el niño.
Establecer rutinas y mantener constantes las condiciones físicas:
respetar y mantener los horarios de las
comidas. Que sea algo predecible, con las mismas normas, finalizar mostrando el
plato vacío y planificando una actividad atractiva después de comer. Podrá
ayudar el uso de apoyos visuales. Evita que el niño tenga acceso a sus
alimentos favoritos en los tiempos previos a la comida.
Dar de comer
siempre en el mismo lugar físico, la misma colocación espacial de mesas y sillas.
Puede ayudar cantar una canción concreta. Las rutinas deben establecerse
considerando los gustos y preferencias de cada niño. Muchos pequeños se sienten
más seguros si se utiliza siempre el mismo vaso (con un dibujo concreto),
plato, bandeja, etc.
Preparar algo muy motivador como reforzador para después de comer, usa un anticipador con apoyo visual.
En
cada casose eligen las actividades preferidas por el niño.
Introducción paulatina de los alimentos (Fuente: R. Ventoso)
Se deberá tener
preparado el alimento que más le guste y que tome habitualmente. Con
tranquilidad y delicadeza, se le ofrecerá el alimento en pequeñas cantidades
acercándoselo a la boca al niño. Si el
niño rechaza el alimento, se le puede ofrecer la cucharilla, para que él se la
introduzca en la boca. A medida que el niño vaya comiendo, se debe ir
aumentando la cantidad de alimento, pero siempre de los sabores preferidos, es
decir, de los que inicialmente tomaba.
Elegir una
situación totalmente nueva para ofrecer alimentos nuevos como la hora del
bocadillo, un aperitivo, repartir golosinas... y al mismo tiempo que se le
ofrece a otros niños. Estas situaciones deben ser rutinarias, es decir, que
ocurran a la misma hora y en las mismas circunstancias todos los días. Muchas
veces tomar sólo purés o papillas está asociado a una situación concreta, y el
niño puede, o incluso le apetece, tomar alimentos sólidos y otros sabores, pero
la fuerza de “invarianza” es mayor y anula el deseo de tomarlos.
Orden de presentación de los alimentos:
- Comida preferida en formato preferido.
- Alimentos de igual textura con sabor ligeramente distinto.
- Cambio de texturas: purés cada vez más espesos.
- Puré espeso con una cucharada de sólido machacado con tenedor. Aumento cuidadoso y paulatino –unidad de cucharada– de alimento sólido machacado.
- Puré de comida (legumbres suaves) machacado con tenedor.
- Puré –hecho con tenedor– al que se va añadiendo paulatinamente una cucharadita de comida entera.
- Alimento sólido en comida distinta: merienda o cena.
- Introducción de segundos platos: croquetas, tortilla, rebozados...
- Variedad de texturas y sabores.
- No “engañar” mezclando la comida conocida con sabores nuevos.
En todos los casos, muestra lo que se va a comer y el
orden: comida y POSTRE (que sea muy apetecible). Pon en el plato la cantidad de
comida que sea el objetivo (poquita el principio). Tratar de no manchar al niño
o limpiarle inmediatamente. No le des una cucharada hasta que no se haya
tragado la anterior. Ofrece mucha agua.
Favorecer en paralelo la autonomía:
Uso de cubiertos, limpiarse la boquita, recoger el plato,
poner la mesa juntos…
MATERIALES DESCARGABLES O DE CONSULTA:
Guía de trastornos de alimentación en el autismo (una
maravilla, paso a paso, que es la que utilizan muchísimas familias y
profesionales):
https://infoautismo.usal.es/wp-content/uploads/2015/07/08.-Guia-de-alimentacion.pdf